La mosca negra
La mosca negra es un diminuto insecto muy agresivo que prolifera en ríos, canales de regadío y aguas de montaña. Pertenece a las especies denominadas "simúlidos" y mide entre 2 y 3 milímetros. A diferencia de los mosquitos, que pican con un estilete, la mosca negra hace un desgarro en la piel mediante su mandíbula, es decir, da un mordisco que rasga la piel y hace sangre. Al mismo tiempo libera una sustancia anestésica, un vasodilatador y un anticoagulante para lograr sacar la mayor cantidad de sangre que pueda. La mosca negra no pica, sino que da un bocado, muerde.
La mosca negra ataca en enjambres. Apenas se ven por su pequeño tamaño y su ataque puede darse a cualquier hora del día, aunque lo normal es que lo haga a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde. Como al picar liberan un anestésico, a menudo la persona atacada solo se da cuenta cuando ve en sus brazos y piernas rastros de sangre. Hay personas sensibles que pueden presentar una reacción alérgica, a veces con ronchas en la piel e inflamaciones importantes que pueden requerir tratamiento médico.
La explicación de la reciente proliferación de este insecto en zonas y poblaciones cercanas a ríos es que actualmente los ríos están más depurados que hace 10 años y se han incrementado los canales de regadío. A diferencia de los mosquitos, que se reproducen en aguas encharcadas, la mosca negra pone sus huevos en el río, junto a las algas a las cuales se acoplan sus larvas para alimentarse de la materia orgánica que lleva el río. Es un insecto difícil de erradicar porque sus larvas son subacuáticas, difíciles de fumigar.
Como prevención de sus picadas se aconseja pasear con ropa de manga larga y pantalones también largos, de color blanco o claro, ya que los colores oscuros y combinados atraen a la mosca.
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